El viaje sigue el rumbo esperado. Hay días en los que las aguas son calmas, otros, son revueltas y hoy, son nostálgicas.
Los años 80? Una época explosiva, aunque comparada con los logros actuales en las nuevas tecnologías, se ha quedado un poco olvidada. Pero lo cierto es, que surgieron muchos inventos que cambiaron nuestras vidas presentes. Cosas tan comunes como los móviles, eran antes aparatosos objetos en los que los bolsillos no tenían capacidad para tales dimensiones, o incluso dónde solo existían los teléfonos de casa con rueda para marcar los dígitos.
En las calles, en alguna esquina no era extraño encontrarse una cabina telefónica para echarle unas monedas a la línea, y ahora, sin embargo, ver una causa singularidad, y surge la pregunta de... quién la usará todavía? Están en parte, extintas.
Otro invento, Internet, realmente novedoso, lo cierto es que no se inventó en la época ochentera, sino un par de década antes, en los años 60. De todos modos, es mencionado por ser una de las creaciones más espectaculares de la humanidad, eso, y que en los ochenta todavía estaba por desarrollar y descubrir en casi todas partes del mundo, cuando los ordenadores se empezaron a comercializar y surgieron los primeros navegadores que abrieron su utilidad a un público más amplio, con el afloró la posibilidad de crear cuentas personales, buscar información, enviar correos vía e-mail, etc.
Como todas las cosas a las que se le ve un futuro muy fructífero, fue creciendo esta gran red, paralelamente los dispositivos que permitían acceder a ella, también progresaron, y lo hicieron de tal modo, que este crecimiento originó la aparición de nuevos ordenadores más baratos y potentes que permitieron que la extensión web se desplegase a nivel global, cosa que hace que disfrutemos hoy de ella tan fácilmente.
Ahora no sólo el Internet consigue llegar a nuestros aparatos por cables, eso se dice que está pasado de moda! Lo ´cool´ ahora es usar las ondas wi-fi, rondando y atravesando nuestras cabezas a todas horas, y los datos móviles (no nos olvidemos), esos que hacen desquiciar a cualquiera cuando llega fin de mes.
De este maravilloso invento llamado Internet, se prolongan las múltiples utilidades; comprar por internet, encargar la cena, descargar aplicaciones, escuchar música en ´streaming´, descargar películas tan solo meses después de que se estrenasen o ver series on-line como si fuese un restaurante a la carta, hablar con gente de todas partes, mandar correos sin la preocupación de comprar un sello o la impaciente espera de que llegue al fin a su destinatario y un remolino de cosas más que son imposibles de recordar.
Para los fanáticos del cine ciencia ficción, es probable que recordéis aquellas películas en las que los efectos especiales eran de lo más pintoresco y desde luego no engañaban al ojo humano un ápice. Fue alrededor de los años noventa, concretamente 1993, cuando se estrenó la película de Parque Jurásico, aquellos efectos eran fantásticas creaciones hechas por un equipo informático cuyos aparatos no eran ni la mitad de eficientes que los de ahora, una comparativa que lo demuestra sería la película Avatar, realmente hipnotizadora y si a eso le añadimos la tecnología 3D, los resultados son fulminantes.
Estos cambios tan acelerados repercuten en que cada vez necesitemos alcanzar más competencias para poder seguir el ritmo de las innovaciones, para no quedarnos rezagados mientras el mundo gira y se informatiza más, como se experimentó en las líneas anteriores. Han llegado hasta tal punto que la educación se ha hecho prisionera también de ellas.
Y es que el problema no se trata de lo que los alumnos y alumnas desconozcan, sino de lo que conocen de una manera ya excesiva. Los jóvenes están muy influenciados por los nuevos medios de comunicación y tecnología desde edades prematuras por lo que construyen sobre ellos un tipo de comunicación con la que se relacionan con el mundo. Esto es en gran medida lo que diferencia a nuestros futuros alumnos y alumnas de las generaciones anteriores.
Por lo tanto es de intuir que estas condiciones generen un nuevo modelo de aprendizaje y la escuela y en definitiva los docentes debemos evolucionar con los nuevos tiempos y cambiar la estructura con la que nos comunicamos para que niños y niñas consigan sus objetivos, que siguen siendo los de preparar a cada futuro adulto para vivir plenamente en el tiempo histórico que le pertenece.
Como podemos ver, el mundo de hoy en día está configurado de forma diferente, los conocimientos y la sociedad no son, los mismos, incluso desde hace una década, imaginémonos entonces casi cuarenta años atrás.
No podemos permitir que esto interfiera en los objetivos del alumnado, este tiene derecho a que nosotros como maestros y maestras estemos capacitados para poder formar en el mundo tecnológico. Ese mundo en el que deberán desarrollar todas esas competencias que le pretendemos ayudar a conseguir, el centro mismo debería renovarse.
Ahora comenzamos a incluir las tablets, disponibles para cada niño del aula, y con nuestra ayuda abrirle puestas que no deberían permanecer cerradas por mucho tiempo.
Son alucinantes las TIC, no es digno quien les quite mérito, más queridos grumetes, las siguientes palabras serán escritas para recapacitar y que no olvidemos otros detalles.
Entonces, como vimos, así está el mundo, parece un apocalipsis tecnológico, y está comenzando todavía, creo que en ocasiones eso aterroriza más que alivia.
La humanidad avanza y avanza pero, merecemos llamarnos humanidad cuando cada vez somos menos humanos, parece como si hoy por hoy tuviésemos enchufada una extensión en el brazo que terminase en un móvil.
Una especie de contagio multitudinario que nos impide disfrutar de las cosas, de los pequeños detalles, de algo bello, si no es publicando todo lo que se hace a todas horas, como si el bienestar radicase en lo que es enseñado que en lo que es ciento por cien disfrutado...
Apaga el móvil y sal a caminar (o a navegar), mirando al frente, al horizonte. Arrr!